Tradicionalmente se consideraba que la mujer debía prepararse en la vida, básicamente, para ser madre. Desde niña se le transmitían los conocimientos de sus antecesoras en el campo de la crianza y prácticamente, se la anulaba para poder realizar otra tarea en la vida, viéndose relegada a un segundo plano, dependiente siempre de un varón, primero su padre y luego su esposo, que fuese responsable de ella.
El siglo XX
Con este panorama llegamos al siglo XX, siglo de grandes cambios en la concepción de la mujer como ser independiente y con derechos, capaz de realizar estudios, integrarse en el mercado laboral o de ocupar cargos públicos. Pero esas mismas mujeres que reivindicaban la igualdad, derecho al voto o a trabajar y estudiar, empezaron a ver la maternidad como algo que hacía a la mujer un ser inferior, Simone de Beauvoir aseguraba en uno de sus libros: «Todo el organismo de la mujer está adaptado a la servidumbre de la maternidad y es, por tanto, la presa de la Especie».
Por otra parte, el éxodo de la población rural hacia las ciudades y los avances de la medicina moderna terminaron por medicalizar hasta el extremo la maternidad, tratando a la mujer embarazada como una enferma incapaz de cuidarse y que necesita los cuidados de un especialista, privándola de la vivencia de la maternidad como algo natural, para lo que nuestro cuerpo está capacitado sin grandes intervenciones en la mayoría de los casos y como una de las tareas mas importantes en el ciclo de la vida.
Como están hoy las cosas
Actualmente en el mercado laboral sigue existiendo una importante desigualdad económica entre hombres y mujeres, con una importante discriminación negativa hacia la mujer, pero sin embargo, no se hacen distinciones en el tema horarios ni se buscan soluciones reales de cara a la conciliación.
El mercado laboral no exige a un hombre porque sea padre que renuncie a sus aspiraciones de mejora en su puesto de trabajo, mientras que si se lo exige a la mujer, porque es la mujer la que pasa el embarazo, el parto, el postparto y la lactancia y en general, sigue siendo la mujer la que lleva el peso de la crianza sobre sus hombros y ve como compañeros suyos con los mismos méritos (e incluso menos) ascienden en la cadena de mando o en el escalafón de su empresa mientras a ellas se las niega esa posibilidad “por tener hijos y por ello mas absentismo” o por “no poder dedicar todo el tiempo que requiere el trabajo porque las obligaciones de la crianza se lo impiden”. Siendo el embarazo en ocasiones motivo de despido de la mujer.
No es ningún descubrimiento decir que las tareas domésticas recaen en su mayoría(también) sobre la mujer, que al final se encuentra “pluriempleada” siendo madre, trabajadora fuera de casa y ama de casa, viéndose limitada en sus aspiraciones personales y en muchos casos, a su pesar, debe renunciar a ellas para poder criar a sus hijos.
Todo esto ha derivado en una importante desvalorización de la maternidad. Nos extrañamos cuando una mujer afronta su primer embarazo joven, existe un sentimiento de que está perdiendo un tiempo que debería dedicarse a sí misma, a viajar, a experimentar…Cuando una mujer afronta su tercer o cuarto embarazo se la mira, en la mayoría de las ocasiones, como a un bicho raro; “será de alguna secta” he llegado a oír de algunas de mis mamás que decidían tener mas de dos hijos, por supuesto, renunciando a toda posibilidad de promoción en sus trabajos.
En muchas ocasiones somos las mismas mujeres las que criticamos, tanto que una mujer siga trabajando cuando tiene varios hijos o que deje de trabajar para criarlos. Pero ¿nos hemos parado a pensar que le hace mas feliz a esa mujer? Según una tesis leída en la Universidad de Valencia en 2015 y valorada Cum Laude, el bienestar psicológico o la satisfacción con la vida no se ve condicionada por la maternidad, mas bien depende de la creencia que cada una tenga sobre ello.
Así que, nosotras somos las que debemos empoderarnos, las que debemos luchar por cambiar las cosas e inculcar a nuestras hijas la libertad para decidir, sin criticar a quienes decidan lo contrario.
Una sociedad que no cuida a sus madres ni respeta la maternidad tiene poco futuro, ¿no os parece?
El artículo La difícil y no siempre bien vista tarea de ser madre ha sido originalmente publicado en Madres Hoy.